lunes, 30 de marzo de 2009

Arena de otro mar . . .


Te has puesto en el encuadre perfecto de cualquier foto perfecta.

Hoy no me he traído el diario. Ni el flash.

Dime en qué piensas cuando las olas terminan rompiendo en la orilla.

¿Salado o dulce?

El café estaba amargo y el perro no era tuyo.

¿Por qué finges?

Hoy no tengo ganas de hablar. A veces pienso que callo demasiado.

Es un defecto.

Hablar demasiado también lo es y a mí el término medio de Aristóteles no me quedó muy claro.

¿O no quise aprendérmelo? Ahora dudo.

El perro no habla. La lengua se la dejó en su última cacería.

Tú y yo sí que somos dos cotos privados de caza. Y sin armas para resolver determinadas crisis.

¿Qué no es lo mismo?

La primavera en abril. El tiempo que pasa. El color del mar y la arena de la playa.

Nuestro carpe diem.

Los pantalones del señor en aquella cafetería.

Tú de madre.

¿Qué conectan los enchufes?

La sinceridad es un plato que no se sirve con cualquier capuccino.


Al olvido le falta azúcar y mucha sal.


Podríamos volver en julio.

Con arena de otro mar.


3 comentarios:

Amarbe dijo...

Me encanta como escribes
Un post precioso!

ÉRiKy dijo...

Me Encanta!!! Siempre pienso, le voy a poner algo, pero... me quedo sin palabras cuando te leo ¡Que arte hija!! ;-)

Anónimo dijo...

Cada letra un granito de arena... la entrada es una playa cualquiera de Huelva... nuestra querida.