martes, 17 de febrero de 2009

El escondite . . .


El olvido es tiempo invertido. Dime tú qué es el presente sin pasado y el futuro sin progreso. No me vas a contestar. Nunca me has contestado. Eras filósofo y bueno en Filosofía. Tu expediente lo revela. ¿Sabes? Odiaba tu cobardía porque parecía ser yo la única en enterarse de ello. Tú en el silencio no eras nadie. Yo tuve que aprender a valorar ese silencio. A veces pienso que te conocí demasiado para el poco tiempo que nos dimos. Quizá por eso siga tendiéndote en mi diván e intentando jugar con tu yo, ello y superyó.

No. Hoy no voy a escribir sobre ti. Hoy voy a arrancar todas las páginas del diario. Hoy voy a eliminar las fotografías de los álbumes y vamos a jugar al escondite. Tú en una pared y yo en otra. Tú en una esquina contando hasta cien y yo llegando a doscientos de diez en diez. He delimitado el perímetro que nos separa. He puesto fuego en los vértices. Te he enseñado a contar pero has hecho trampas. He visto tu sombra al pasar por mi espalda y la huella de tus zapatos en la arena del camino. He sentido tu hálito y tu perfume mientras todo se llenaba de pretéritos pluscuamperfectos. Te has saltado las reglas del juego aún sabiendo que, lo nuestro, era un partido amistoso.

He reído. Sigue moviéndose con cierta guasa la rama del árbol en el que te has escondido.

He gritado ¡por ti! Pero he descubierto que en esta noche, los dos somos cascarón de huevo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tú y tu literatura siempre andáis mal escondidos: refugiados tras las ramas pero enseñando la patita. Viendo sin ser vistos. La madre y la concursante. La ley y la trampa. Escondiéndose a sí misma para luego tratar de encontrarse. Contando de diez en diez, pero diez veces más números de la cuenta. Pi, te intuyo pero no acabo de descubrir tu escondite... ¿Cómo puede ser que cada vez que pones las cartas sobre la mesa se multipliquen las que guardas en las mangas? Sigue guardándonos misterios y enigmas. Es divertido buscarte y no encontrarte. Tu laberinto en obras.

Besos.

Anónimo dijo...

Un placer leerte, como siempre, cacho de artista :) Por cierto, de dónde has sacado esa foto tan maravillosa?

Anónimo dijo...

Resulta irónico decir que no hablarás de aquel que es la sinopsis de tus palabras...
Cuando leo esta entrada, se me antoja decirte: Acompáñame a estar solo.
Te releí, pero siempre se me viene la misma idea.