martes, 2 de septiembre de 2008

Disfrazar y disfrazarse . . .


Mi sobrino Alejandro disipa sus miedos aferrándose en cada uno de los personajes que le aterran por las noches. Se convierte en el héroe de sus cuentos y en el pirata de sus vídeos. Esos vídeos, a veces, se los regalo yo. Mi sobrino se coloca el parche de pirata y alza su espada de guerrero, y me pide que le pinte la cara como a un indio o le enseñe a poner bien el capote [siempre de torero]. A mi sobrino le dan miedo los piratas, no le gusta perder, odia a las brujas y teme al sonido de los tambores hindúes. Mi sobrino es guapo y quizá también le tenga miedo a la belleza.

Yo nunca pude vestirme de mis miedos infantiles, porque siempre admiré a los piratas y al sonido de los tambores. Quizá me disfrazara de mí misma representando un papel utópico en la vida real. Quizá, también, disfrazara todos mis miedos, pensando que podría hacer creer que no temía a nada ni a nadie.
¿Pero cómo puedo disfrazarme de muerte, fracaso o soledad? No puedo pintarme la cara y gritar al mismo tiempo que tengo miedo a la soledad, ni tampoco ponerme un parche en el ojo y decir que sufro de desamor. ¿De qué color se pinta a la muerte y, al mismo tiempo, a las ganas de vivir? ¿Qué color le pongo al futuro si aún no he aprendido a manejar la acuarela del pasado? ¿Qué lienzos me esperan por pintar hasta completar la galería de arte?

Mi sobrino sigue disfrazándose. Ha empezado a manejar las acuarelas y es un obsesionado de los pinceles. Sigue queriendo ser pirata de mayor, aunque no sepa de velas ni de barcos. Mi sobrino sigue pidiéndome que le enseñe a pintar pero no sé cómo decirle que no entiendo de lienzos, pinceles ni cuadros .

Los dos seguimos igual de ilusionados y sin querer quitarnos el disfraz . . .

1 comentario:

Ana Belén dijo...

Ésto es verdadero arte escrito.

Felicidades!!